jueves, 27 de diciembre de 2012

Prefacio

Esta es la historia de una chica, Ivana, que a través de una amiga y con cierta influencia de la Fortuna conoce por una conocida red social a un chico aparentemente normal, que a primera vista la cautiva con su tez algo pálida pero no en exceso, lo justo, lo que a su parecer le confería una belleza exquisita. Su pelo rubio y brillante como el Sol hacia que el oro hilado por el duendecillo Rumpelstiltskin careciera de valor alguno. Sus ojos castaños que hacían que evocara la libertad y la belleza de un frondoso bosque y que irradiaban una mirada cautivadora cual tentador manjar.
La totalidad de su rostro, cada una de sus facciones la embelesaban hasta el punto de que a pesar de no conocerle y de que el solo fuera una amigo de una amiga suya, ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por verle de cerca y poder recorrer con sus finos dedos cada milímetro de su piel. Ella estaba convencida de que semejante ser que a su parecer era perfecto en su exterior debía serlo a su vez en su interior, y por eso debía conocerlo y no sólo guiarse por la irrefrenable vorágine de sensaciones que la producía el contemplar su foto. Ella quería intentar conocerle fuera como fuera, pues nadie de su relativa cercanía había conseguido levantar ese cúmulo de sentimientos en ella nunca antes. Digo de su relativa cercanía ya que los Vampiros,Licántropos e Híbridos de sus series y películas preferidas también causaban ese calor en ella, aunque quizás por la mayor cercanía de este 'perfecto' ser, el calor que sentía era aún mayor, mayor incluso que el que le podían producir personajes como Klaus de Crónicas Vampíricas o Edward y Jacob de Crepúsculo, saga que por raro que parezca también la apasionaba. Por fin,tras días de interminable espera, sus deseos se hicieron realidad, al menos de forma parcial ya que el 'ser perfecto' había aceptado su petición de amistad aunque por desgracia no estaba conectado. Su nombre era Minervo. Lo primero que hizo Ivana fue mirar las fotos de Minervo, todas y cada una de sus fotos, deleitándose con todas en las que apareciera él por supuesto. Contemplaba su perfecto y musculado cuerpo, imaginándose lo duro que debía ser su definido torso. Ahora su deseo de verle aumentó más si cabe. Otro día más tuvo que pasar para que por fin sus plegarias se hicieran realidad ya que tras un día tan sólo supliendo con su imaginación la falta de información sobre cómo era en cuanto a su personalidad ya que en cuanto a su físico poco más podía saber ya que había devorado con sus castaños ojos cada milímetro de su cuerpo mientras jugueteaba con su negro pelo, oscuro cual bella noche sin luna. Al ver a Minervo conectado, sus ojos se iluminaron, se apresuro a saludarlo, pero él se adelantó. ¿Era posible que el 'ser perfecto' hubiera hecho lo mismo que ella había hecho el día anterior? Quién sabe, ella solo sabía que ésta era su oportunidad de oro y que no podía desaprovecharla. Poco conversaron, aunque de manera distendida ya que tenían mucho en común, antes de que a la mas mínima oportunidad que se la presentó a Ivana,ésta le propusiera una 'cita'. La embargó tanto el bochorno como el calor al percatarse de lo que acababa de hacer, se había dejado llevar por el momento. El minuto que tardo en contestar Minervo se la hizo interminable hasta que al fin contestó...

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